Alguien se levantó muy inspirado esa mañana, no cabe duda. “El mejor lanzamiento de psicodelia inspirada en los 60 de la semana no es el Sgt Pepper en CD, sino el debut de Nick Haeffner... un disco que es variado, sorprendente y maravillosamente refrescante”. Esto se podía leer en el prestigioso The Guardian una lejana mañana de 1987 –se daba la circunstancia que el sello Apple acababa de poner en circulación la primera reedición en CD del mítico álbum de los Beatles-. Pues no seré yo quién enmiende la plana a Mr. Denselow, crítico del Guardian, cuando buena parte de los mejores escribas ingleses del momento (suficiente con citar a Jon Savage y Jon Storey) eran igualmente unánimes en alabar, aunque de forma más moderada, las bondades de este ciertamente único disco.
Pese a que la mayor parte de los comentarios que sobre el disco se publicaron incluían la palabra “psychedelia”, lo cierto es que estamos ante un artefacto que desafía cualquier clasificación al uso. Diez temas autoproducidos y que comprenden tanto instrumentales de sabor surf, como deliciosas melodías de indudable raigambre sixtie, estamos ante un amalgama de influencias que van desde el jazz o la música clásica, hasta el punk o el folk, pero sin duda alguna la característica que le eleva por encima de la media es la misma virtud que identifica a Kevin Ayers, Syd Barrett, Ray Davies, Nick Drake, Robyn Hitchcock, Paul Roland o Martin Newell: esa quintaesencial y bendita excentricidad británica que les hace gloriosamente únicos. Pop y psicodelia unidos de la mano. Sí, pero en bolsita de té a las cinco, por favor.
El disco se retituló “The Great Outdoors” para su edición en CD que incluía una canción extra. Además, en un alarde de confianza el sello Bam-Caruso puso en circulación un par de maxis que contenían a su vez más temas no incluidos en el LP. Incluso se registraron sesiones para un inconcluso segundo disco que nunca llegó a ver la luz, y que fue a la postre la última referencia, aunque inédita, de Bam-Caruso. Y es que la historia de Nick Haeffner va irremediablemente unida a la del mítico sello que fundó Phil Smee. Pero dejemos esta otra historia para otro momento y lugar más apropiado, para poder contarla como merece.
Por lo demás, si cualquiera de los nombres que hemos citado son fruto de tu devoción, no deberías albergar más dudas al respecto y lanzarte a la caza y captura de este pequeño tesoro. A poco que te esfuerces obtendrás una segura recompensa.
P.S.- En la actualidad Nick Haeffner ejerce de profesor y es autor, entre otras cosa, de un libro sobre Alfred Hitchcok. Más información: http://homepage.mac.com/nickhaeffner/My%20Website/index.html
Pese a que la mayor parte de los comentarios que sobre el disco se publicaron incluían la palabra “psychedelia”, lo cierto es que estamos ante un artefacto que desafía cualquier clasificación al uso. Diez temas autoproducidos y que comprenden tanto instrumentales de sabor surf, como deliciosas melodías de indudable raigambre sixtie, estamos ante un amalgama de influencias que van desde el jazz o la música clásica, hasta el punk o el folk, pero sin duda alguna la característica que le eleva por encima de la media es la misma virtud que identifica a Kevin Ayers, Syd Barrett, Ray Davies, Nick Drake, Robyn Hitchcock, Paul Roland o Martin Newell: esa quintaesencial y bendita excentricidad británica que les hace gloriosamente únicos. Pop y psicodelia unidos de la mano. Sí, pero en bolsita de té a las cinco, por favor.
El disco se retituló “The Great Outdoors” para su edición en CD que incluía una canción extra. Además, en un alarde de confianza el sello Bam-Caruso puso en circulación un par de maxis que contenían a su vez más temas no incluidos en el LP. Incluso se registraron sesiones para un inconcluso segundo disco que nunca llegó a ver la luz, y que fue a la postre la última referencia, aunque inédita, de Bam-Caruso. Y es que la historia de Nick Haeffner va irremediablemente unida a la del mítico sello que fundó Phil Smee. Pero dejemos esta otra historia para otro momento y lugar más apropiado, para poder contarla como merece.
Por lo demás, si cualquiera de los nombres que hemos citado son fruto de tu devoción, no deberías albergar más dudas al respecto y lanzarte a la caza y captura de este pequeño tesoro. A poco que te esfuerces obtendrás una segura recompensa.
P.S.- En la actualidad Nick Haeffner ejerce de profesor y es autor, entre otras cosa, de un libro sobre Alfred Hitchcok. Más información: http://homepage.mac.com/nickhaeffner/My%20Website/index.html
2 comments:
Me has tenido quince días en plan sabueso buscando el disco de Denny Doherty y cuando por fin doy con una copia me atacas con esto... Es un no parar, todo seguido como el pasodoble. No tienes corazón ;-)
Recuerdo haber leído de este tipo hace un montón de tiempo, típico disco que se queda ahí en el disco duro mental encasquillado y que por no verlo en ningún sitio terminas por no pillarlo. Lo que cuentas me remite a otro gran y apenas conocido trabajo de pisco-pop británico tardío, el de Nick Nicely.
En fin, habrá que ponerse de nuevo a rebuscar
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