Thursday, December 31, 2009

JACK NITZSCHE -- The Lost Reprise Album, 1974

El último número editado de Otoño Cheyenne contenía un extenso artículo sobre la vida y obra de este genial personaje, favorito entre favoritos por aquí como podréis imaginar. Desde entonces han sido varias, e importantes, las novedades discográficas sobre su obra. Sobre todo destacan los dos volúmenes editados por Ace, bajo el título “The Jack Nitzsche Story”. También merece destacarse la reedición de los cuatro LP’s que editó en los 60 (y primeros 70) para Reprise a cargo del sello Collector’s Choice. Entre ellos el que grabó en la iglesia de St Giles’s en Londres con la London Symphony Orchestra, un ambicioso álbum de música neo-clásica que Nitzsche había compuesto y arreglado, y que se editó bajo el título de St Giles’ Cripplegate en 1972. El mismo Ignacio Juliá le dedicaba un buen artículo retrospectivo en el número de septiembre de Ruta 66. Queremos recuperar ahora parte de esta historia, con uno de esos artefactos que hacen que el rock-snob que llevamos dentro de un respingo de emoción: nos referimos a uno de esos legendarios discos perdidos, de los que nunca llegaron a editarse, y hasta de cuya existencia hubo serias dudas... ¡Lean, lean!

A comienzos de 1972, antes de que se grabase St Giles’ Cripplegate, a Jack Nitzsche le ofrecieron la posibilidad de trabajar en una película llamada Greaser’s Palace, que estaba basada vagamente en la vida de Jesucristo. Y fue en Santa Fe, lugar de rodaje, donde se fraguó una gran amistad entre Nitzsche y Robert Downey, director y guionista del film. Nitzsche compuso y arregló la música para la película, que luego Elliot Mazer se encargaría de grabar y producir en Los Angeles. Curiosamente Jack aparece en la película caracterizado como músico de mariachi, tocando el piano.

Tiempo después, a finales de 1973, Nitzsche y Downey, que se habían convertido en amigos inseparables, se proponían recabar fondos para un nuevo proyecto conjunto. Jack llamó a Mo Ostin, cabeza de Warners/Reprise, ya que siempre respondía a sus llamadas. Después de una reunión conjunta, Ostin decidió darles una oportunidad para que trabajasen en un álbum en solitario de Jack Nitzsche. A partir de aquí la información es más bien escasa, pero lo cierto es que en enero de 1974 se grabaron en Nashville diez temas, originales todos ellos de Nitzsche, con algunas letras del propio Downey. Sin embargo, todo quedó en agua de borrajas, pues el álbum, pese a tener ya número de referencia asignado por Reprise, se archivó sine die y nunca llegó a editarse. La discográfica dio la callada por respuesta y sin más se desprendió de los servicios de Jack Nitzsche. Se rompía así una relación que había durado muchos años, desde comienzos de los 60. Denny Bruce, íntimo amigo y confidente, recuerda así lo que ocurrió: “Mo nunca me llamó a mí, que era su manager, para decirme, “Denny, ¿podrías venir a Burbank? Tenemos que hablar del disco de Jack”. Ni siquiera hubo un adiós. Jack fue despedido de Warner Brothers, y eso fue todo.”

Así que las cintas, cuya existencia era sólo conocida por sus directos partícipes –aunque se fabricaron test pressings, para consumo interno de la propia discográfica-, se archivaron y permanecieron en el olvido. En 1996 el crítico inglés Barney Hoskyns, en su excelente libro “Waiting For The Sun. The Story of the Los Angeles Music Scene”, describía el abortado proyecto como “una ambiciosa obra en la línea de Smile (Beach Boys) y Song Cycle (Van Dyke Parks)”, dando a conocer así la existencia de este álbum perdido. Por suerte, en 2001 Rhino Handmade (subsello de la discográfica californiana Rhino) puso estas grabaciones en circulación, en un CD de edición limitada (3.000 copias nada más), bajo el título Three Piece Suite – The Reprise Recordings 1971-1974. Y resulta que, después de todo, el inglés (Hoskyns) tenía razón. Jack Nitzsche, que así se iba a llamar el disco, es una maravillosa creación. Un disco único, que de haberse editado en su momento habría pasado por todo un clásico de los primeros 70, la obra genial de un artista de enorme talento en estado de gracia. El disco consta de 11 temas, con música original de Nitzsche y letras de Robert Downey. Salvo el instrumental “New Mexico”, repescado de la banda sonora de Greaser’s Palace, y la crepuscular balada “Marie”, una demo rescatada de unas sesiones de 1971, todos los demás habían sido grabados específicamente para este proyecto. Se abre con el tema “Lower California”, y se cierra con “Number Eleven”, un tema orquestal que, hasta en el título, nos remite directamente a St Giles’ Cripplegate. Entre medio una obra fascinante, donde si bien queda patente que Jack no es el mejor vocalista de la historia del rock -¿cuántos de los grandes intérpretes son grandes vocalistas?- sí que es uno de sus más preclaros visionarios musicales. Como si Leonard Cohen y Brian Wilson circa 1966 se hubieran juntado para grabar un álbum de blues californiano. Como si la magistral épica crepuscular de ambos hubiese sido conjurada por la genialidad de Nitzsche para crear una revisión moderna de la ilimitada ansia experimental de finales de los 60. Los momentos de maestría en los que Jack sabía perfectamente como introducir una sección de cuerda para destrozarle a uno el corazón, como en “Sleeping Daughter” o “I’m The Loneliest Fool (In the Atmosphere)” –gran título-, sin caer por ello en el empalago o la ñoñería. Puro cantautor en algunos momentos, y pura música experimental en otros.

Gracias a la edición de Rhino podemos hoy disfrutar de esta original y alucinante obra, que además se completa con las seis piezas que componen el álbum St Giles’ Cripplegate, y cuatro temas vocales inéditos, “simples” maquetas grabadas por Nitzsche entre 1971 y 1972. Sobre estos temas se despacha a gusto Denny Bruce en las notas que acompañan al CD. Íntimos amigos desde 1966, cuando se conocieron casi por accidente, Denny y Jack compartieron vivienda durante varios años, después de que Jack se había separado de su primera mujer. De esta forma Denny fue testigo de primera mano de cómo trabajaba Jack, en la intimidad de su hogar, con su piano. “We’ll Have To Stay” estaba inspirada por la letra de la canción “Words” de los Bee Gees: “Son sólo palabras, pero las palabras son todo lo que tengo, para ganar tu corazón”. Estaba emocionado al escuchar el tempo del Wurlitzer hacerse cada vez más lento, y escuchar esos “espacios” donde sabías que Jack mentalmente había posicionado su sección de cuerda para “no tomar prisioneros. Al final me tocó la canción terminada en su Steinway. Le dije que me encantaba tal y como estaba. Era puro “singer/songwriter”. Tenía la partitura ya hecha y me dijo, “no estoy seguro de si esta es una gran letra, y quién sabe como me saldrá la parte vocal, pero te voy a romper tu jodido corazón con estas cuerdas.” Pero la verdad es que Jack también podía conjurar una gran letra: “Girls are getting more and more like songs I hear / playing loud and sounding all the same”, canta en “Carly” una de esas demos olvidadas, y que le inspiró una actuación de Carly Simon en el Troubadour de Los Ángeles. En otra demo Jack cuenta con la presencia de un guitarrista de la talla de John Fahey, que sólo le puso como condición para tocar con él que no le plantase delante ninguna partitura.

La cancelación definitiva de este proyecto, a lo que había que sumar la resaca de la tensa gira con Neil Young y los Stray Gators, marca el comienzo de un periodo de gran frustración y resentimiento por parte de Jack Nitzsche hacia una industria que, creía, le había dado la espalda y traicionado, y le había sido además profundamente desagradecida. Denny Bruce explica los sentimientos de su amigo: “Tienes que entender que Ry Cooder, por ejemplo, consiguió su contrato con Warner solo porque Jack le trajo para trabajar con él en la banda sonora de Performance, y Cooder le apuñaló por la espalda, le dijo a Mo Ostin que Jack no estaba en forma para producirle. Jack también hizo mucho para ayudar a Neil a conseguir su contrato, y de nuevo no hubo trabajo de producción para él. Recuerda que “The Lonely Surfer” fue uno de los primeros éxitos pop de Reprise, cuando Mo Ostin era aún solo un contable.”

De forma que cuando terminó la gira con los Stray Gators junto a Neil Young, en 1973, Jack abandonó Los Angeles, y se retiró a la zona de bosques de secuoyas (los “redwoods”) del norte de California. Allí junto a su amigo Robert Downey, imaginaba una plaga purificadora que barriese y limpiase la ciudad. En una entrevista concedida a la mítica revista Crawdaddy! en 1974, afirmaba que “trabajaría en una gasolinera antes que seguirles el juego.” Y la verdad es que, en esa época, no tenía nada bueno que decir de casi nadie. Sobre Neil Young dijo que le había escrito los arreglos de Harvest para poder trabajar después con la London Symphony Orchestra en St Giles’ Cripplegate, añadiendo que el tour Young/Stray Gators había sido una completa tortura. Y sobre el propio Neil Young dijo que no era más que un millonario que no se preocupaba por nadie más que por él mismo. En fin, …


Impagables imágenes de la película "Girls! Girls! Girls!" (1962) Hal Blaine- batería, Steve Douglas- saxo y Jack Nitzsche- piano.