Thursday, December 13, 2007

ORANGE, Judy Over The Rainbow (Chrysalis, 1994)


Volvemos con otro objeto de culto personal, de esos a los que irremediablemente retornamos cada cierto tiempo para seguir maravillándonos como al principio. Les dedicábamos el espacio que merecían en el número 5 de OC. Y es que The Orgone Box, la criatura de Rick Corcoran, había facturado para entonces, y a nuestro modesto entender, uno de los mejores discos de la década, su álbum homónimo de 2001. Además, y aprovechando el éxito de éste, su discográfica (la imprescindible disquera londinense Minus Zero) acababa de editar un segundo álbum, “Things That Happened Then” (2002), compendio de material inédito grabado en diferentes épocas, que no le iba a la zaga. Corcoran, prácticamente en solitario –toca y compone todo-, hacía el mejor psych-pop jamás oído: perfectas canciones pop construidas a base melodías irresistibles, riffs redondos y parafernalia psychedelica que lo envolvía todo en un conjunto realmente irresistible. Los más avezados connaisseurs se volvían locos con los discos y las críticas no podían sino hacerse eco, sin escatimar elogios, de semejantes joyas.

Pero los orígenes de este historia había que buscarlos, lógicamente, años atrás, después de que The Green Tambourines, el primer grupo de Rick Corcoran, se disolvieran. Estos ya habían trabajado en uno de los temas señeros de The Orgone Box, “Judy Over The Rainbow”. Pues bien, sin grupo y con un contrato con Chrysalis que le exigía precisamente un grupo, Rick se junto con tres músicos más y después de gastarse una pasta en estudios de grabación publicaron en 1994 este single que era un verdadero pelotazo. Pese a que Corcoran no guarda buen recuerdo de esta experiencia (ni de la relación con los músicos ni por el tiempo y dinero malgastado en carísimos estudios de grabación), lo cierto es que uno no puede dejar de imaginar que hubiera pasado si esto hubiera petado en la radio: un pepinazo de pop psicodélico atemporal en plena época de resaca rave.



La dicha es buena esta vez, pues por fin hemos conseguido ese mítico single de ORANGE (¡y mira que llevábamos tiempo buscándolo!): en realidad tres canciones que aparecieron en formato CD y vinilo de 12”, donde además de Judy se incluían dos temas, “Disposable” (también recuperada posteriormente por Orgone Box) y “Beds”. Como bien podéis imaginar a estas alturas, Orange y su single pasaron totalmente desapercibidos para el gran público y Rick Corcoran volvió a operar en solitario apartado totalmente de la industria. Cómo el bueno de Bill Forsyth de Minus Zero Records le encontró y acabó editando a The Orgone Box es ya la historia que contábamos en aquel lejano nº 5 de OC.

Thursday, December 06, 2007

DEL SHANNON, "HOME & AWAY" (Zonophone, 2006)

Coincidían casi en el tiempo dos imprescindibles ediciones: este “Home & Away” y “Dion” (Ace, 2007). Figuras clave de finales de los 50 y primeros 60 (su momento dulce, comercialmente hablando, y por el que mayoritariamente son recordados hoy en día), tanto Del Shannon como Dion DiMucci, pasado su momento de gloria, siguieron haciendo música tan o más memorable que la que inicialmente les dio fama y reconocimiento. De Dion nos ocuparemos más adelante, hoy queríamos recuperar a Del Shannon.

“Home & Away” fue grabado en los míticos estudios Olympic de Londres en 4 días de febrero de 1967. El momento adecuado y el sitio justo: mientras Del Shannon giraba por el Reino Unido, un encuentro casual con Andrew Loog Oldham en los estudios de la BBC en Londres propició el chispazo preciso. Oldham admiraba la versión que Del había hecho poco tiempo atrás de “Under My Thumb”, tema original de sus pupilos (unos tales The Rolling Stones). Cuando poco después los dos junto a Dan Bourgoise (amigo y manager personal de Del) escuchaban un acetato del próximo single de los Beatles, “Strawberry Fields Forever/Penny Lane”, en la limousine de Oldham, éste les sugirió una idea que comenzaba a rondarle la cabeza: él produciría un álbum a Del Shannon. Todo encajaba a la perfección en su esquema: en su momento más dulce tenía el estudio, al arreglista perfecto, los músicos y por supuesto, las canciones: sus compositores a sueldo en Immediate. Con ello trataba de cumplir su más ansiado sueño, producir una obra similar en importancia artística al “Pet Sounds” de Brian Wilson. Como ocurriese con el “Would You Believe” de Billy Nicholls, Oldham triunfó en el plano artístico, pero en el comercial el disco nunca llegó a editarse como tal, apareciendo únicamente un par de singles de las sesiones en su momento, y de manera tardía recuperándose gran parte de las grabaciones en el álbum “And The Music Plays On”, editado en Inglaterra en 1978.

Así que con esta edición se recupera por primera vez en su formato original “Home And Away”, una verdadera joya de eso que tanto nos gusta y que se da por llamar “pop barroco”: melodías pop, cercanas al clasicismo musical, acompañadas de elaborados arreglos que introducen cuerdas, vientos, harpsicordios, y otros instrumentos alejados de los considerados convencionales en música pop. Como unos Left Banke británicos con la inigualable voz dramática de Del Shannon las grabaciones son gloria bendita: un repertorio de temas escritos por el propio Shannon (ahí queda “Silently” como cima, sin nada que envidiar al mejor pop-sike británico de la época, ¡que ya es decir!) y sobre todo por el emergente tandem formado por Andrew Rose y Dave Skinner (que grabarían más tarde como Twice As Much) con perlas del calibre de “It’s My Feeling” o “Life Is But Nothing” y Billy Nichols que aportaba tres perlas que se ajustaban al registro de Del como anillo al dedo. Justicia histórica pues esta recuperación por parte del renacido sello Zonophone (y atentos a sus muy recomendables presentes y futuras ediciones), que en el libreto incluye preciosas fotos de las sesiones de grabación del gran Gered Mankowitz. Afortunadamente, después de este álbum, Del grabó en 1968 “The Further Adventures of Charles Westover”, otro joya de pop psicodélico que sí fue editada en su momento y de la que, tal vez, nos ocupemos más adelante.
P.S.- Nos acabamos de enterar que el sello Acadia acaba de reeditar el último álbum de Del Shannon, el excelente "Rock On" editado originalmente en 1991 y producido por Jeff Lynne y Mike Campbell. Incluye 5 temas extra.

Sunday, October 21, 2007

PF SLOAN, en gira octubre 2007!!

Este artículo/entrevista tenía que haber aparecido en el número de octubre de la revista Ruta 66. finalmente no fue incluido y lo recuperamos aquí.


Una de las más reapariciones más improbables que uno podía imaginar a estas alturas tuvo lugar en 2006, cuando el prestigioso sello americano Hightone puso a la venta “Sailover” el primer álbum en estudio en muchos, muchos años de PF Sloan, toda una leyenda del pop californiano. Su nuevo álbum fue justamente alabado en estas mismas páginas (ver Ruta nº 233) y con motivo de su paso por el Felipop en agosto de 2001 se le dedicó un merecido artículo/entrevista que repasaba su increíble trayectoria (Ruta nº 183). Ahora con motivo de una extensa gira europea que le acercará de nuevo por estos lares, aprovechamos para ponernos al habla con él y conocer de primera mano alguna de sus impresiones. Sobre el nuevo álbum, grabado en Nashville con el músico y productor John Tiven, Sloan comenta que éste “llevaba cierto tiempo preguntándome cómo iba a sonar el disco que yo quería hacer, así que cuando Jon se mudó de Nueva York a Nashville, me dijo que le encantaría hacer un disco allí conmigo. Lo pensé detenidamente y las canciones empezaron a fluir...” Junto a Sloan y Tiven el disco presenta una nómina de colaboradores impresionante, como si algunos quisieran presentarle sus respetos por su legado, “a algunos les gusta pensar así sobre lo del legado. Yo creo que he tenido la suerte de ser bendecido con un don que Dios me ha dado y que me ha permitido sustentarme a lo largo de los años. De la gente que ha colaborado en el disco te puedo comentar que Gary Tallent (bajista de Springsteen) y Tom Petersen de Cheap Trick estaban por el vecindario mientras grabábamos el disco y se dejaron caer por el estudio, al igual que Buddy Miller. Frank Black es un tipo alucinante, con un gran talento. Después de tocar en mi disco hice lo propio tocando el piano en cuatro temas de su nuevo Fastman/Raiderman CD...Lucinda Williams estaba trabajando en Los Angeles así que nos acercamos por allí y le preguntamos si quería cantar en un dúo conmigo… Ah! y Felix Cavalieri de los Rascals...que también andaba por allí mientras grabábamos.” A la vez que sensacionales nuevos temas, “Sailover” incluye varias versiones de clásicos del repertorio de Sloan, ¿por qué? “No lo sé. Sucedió así. Grabamos 20 canciones y después seleccionamos las que más nos gustaban.” La reacción de la crítica ha sido muy entusiasta (con apariciones en LA Times, USA Today, Boston Globe, Philadelphia Inquirer, o las revistas especializadas Mojo y Uncut), “es fantástico, me siento muy afortunado y agradecido”. Sobre sus anteriores discos de estudio de los años 90 Sloan prefiere no hablar, “fueron experiencias difíciles y poco agraciadas”. Coincidiendo con un renovado interés por su figura, el sello Collector’s Choice acaba de reeditar su disco “Measure of Pleasure” editado en 1968 por Atco, ¿qué le parece? “No lo sé, tiene algunos buenos temas. Colaboran Tom Dowd, Steve Cropper, Donald Dunn, el grupo de acompañamiento de Aretha y Otis. Muy compacto.” Lo que aún sorprende es que sus dos clásicos e imprescindibles discos en solitario para Dunhill Records (“Songs Of Our Times” de 1965 y “Twelve More Times” de 1966) no hayan sido aún reeditados. “Creo que eso está a punto de cambiar. Ace Records tiene la palabra a finales de año…”. Y sobre tu inminente tour europeo (viene acompañado únicamente por el guitarrista Duane Jarvis), ¿qué nos puedes contar? “Aterrizamos en Copenhague el 1 de octubre para dos conciertos en Aarhus. Después tenemos bolos en Amsterdam, Londres, y Brighton... Para los conciertos españoles tocaremos las canciones de Sailover, junto con viejos temas y alguno nuevo.” Obviamente no es la primera vez que tocas por aquí. ¿Qué recuerdo guardas de tu paso por el Felipop en 2001? “Mantengo el contacto con los amigos que hice en Limodre. Y espero que eso no cambie. Son una gente maravillosa y no tengo sino fantásticos recuerdos de aquella experiencia”. Para terminar, ¿qué es lo próximo para PF Sloan, un nuevo álbum, tal vez? “No sé qué será lo próximo. Simplemente disfruto con lo que se me presenta día a día…”.


PF Sloan estará actuando (acompañado por Duane Jarvis) el 24 de octubre en Valencia (Colegio Mayor Luís Vives), el 25 en Bilbao (Colegio de Abogados), el 26 en Madrid (Sala Costello), y el 27 de octubre en Terrasa, Barcelona (Nova Jazz Club).

Tuesday, October 02, 2007

ISLAS DE ROBINSON en Radio 3

¡Nos oímos en Radio 3! ... Del blog amigo Islas de Robinson copio aquí su última entrada:

... Por cierto; este Sábado que viene (6 de Octubre) visitan las Islas de Robinson dos náufragos de bien iustres: Edu Ranedo (Ruta 66, Radio Euskadi, Mi rollo es el blog!...etc) e Iñaki Orbezua (Hanky Panky Records, Otoño Cheyenne, The Shannons...etc) ... 2 horas de tremenda discada radiofónica en las que Iñaki y Ed compartirán con todos los náufragos algunas de sus canciones preferidas... Otro lujo y orgullo más para el que escribe esto... ¡Qué bien nos lo pasamos! ¡No falten! LdB

No faltaremos a la cita!!!

Wednesday, September 26, 2007

PREFAB SPROUT, STEVE McQUEEN y la educación sentimental

¿Cómo podemos separar nuestra vida de la música que nos apasiona? ¿Acaso podemos crear compartimentos estanco perfectamente diferenciados y sin interrelación? ¿No nos afecta de tal modo la música que sin ella seríamos personas totalmente diferentes? Así lo creo. Hace ya demasiado tiempo que uno ya no entiende su día a día sin una banda sonora que le acompañe, y uno tiene la profunda convicción que, en el fondo, es como es por los discos que ha escuchado. Tal vez esto resulte exagerado para algunos. Pero no lo es en absoluto, creedme. Y no sólo por la música en sí –evidentemente el fondo del asunto- sino también por “los discos”. Sí, los dichosos vinilos. No me considero un coleccionista de discos, pero ahí los tengo. En su estantería, ocupando un lugar privilegiado en mí casa. Atesoran horas y horas de emoción pura, pero también son objetos con una historia propia. De la mayoría de ellos podría contaros cuándo y dónde los compré, por qué los compré, cuando los escuché por primera vez… toda una infinidad de detalles personales e intransferibles. Algunos me retrotraen a cómo era mi vida entonces, qué hacía, por dónde andaba, a quiénes veía… en fin, todo eso que constituye nuestra memoria emocional. De algunos, los de segunda mano, hasta me llego a preguntar por sus “vidas” anteriores…

Y lo que son las cosas, reeditan el bendito “Steve McQueen” de Prefab Sprout (que no sólo revalida su status crítico inicial, sino que adquiere la trascendencia de “disco generacional” o incluso llega a considerarse, exageradamente pienso, como el "Pet Sounds" de los 80) en un precioso digipack doble, y mi historia es la del vinilo que tuve y ya no tengo. Recuerdo que compré el disco en una tienda que ya no existe en la calle Licenciado Poza de Bilbao, parada obligada las tardes de invierno al salir de clase, para deleitarme con una suculenta ración de vista. Era una tienda de aparatos de alta fidelidad y reparaciones que había añadido unas cuantas cubetas de vinilo nuevo y de segunda mano, más alguna estantería de CDs. Entonces uno tenía que atinar bien con la elección, pues la disponibilidad de pecunia era limitada, y había que estirar lo disponible lo máximo posible. En aquella ocasión el agraciado fue un disco cuya portada ejercía sobre mí un poder subyugante: una motocicleta Triumph (joder, Dylan!), tres tíos con vaqueros y chupas de cuero, una chica rubia y un fondo otoñal de árboles desnudos junto al camino. Y el título: Steve McQueen. De hecho tenía fichado el disco desde hacía unas cuantas semanas, claro (las raciones de vista tenían estas cosas, claro). Y aquello no podía ser otra cosa que una verdadera maravilla, tal y como había leído aquí y allá. El no va más. Costaba 500 pesetas y estaba en muy buen estado.

Ya en casa la revelación no fue la esperada. Tampoco fue una plena decepción. Supongo que aún no estaba preparado para aquella sensibilidad tan peculiar, aquella sonoridad tan de la época pero a la vez tan personal… mis escasos conocimientos musicales apenas me habían guiado en la dirección que Paddy McAloon y los suyos proponían. Aquello, por qué no reconocerlo, me superaba. Y decidí darle el mismo destino que me lo había traído: las cubetas de 2ª mano. Sin embargo, algo hizo clic en mi cabeza. Pasaba el tiempo y me iba reencontrando con las canciones de este disco: “Appetite”, “Bonny”, “When Love Breaks Down”… éstas y otras de su repertorio me han ido saliendo al encuentro en un momento u otro. Y la conclusión no dejaba lugar a dudas: tenía que recuperar aquel disco. Y no ha sido hasta ahora que lo he hecho: muchos de mis peros de entonces continúan (sobre todo en cuanto a producción, al parecer uno de los grandes valores del álbum, lo sé), pero las canciones que lo conforman se me han revelado irrepetibles, arrebatadoras, atemporales. Y para probarlo Paddy recrea aplicando, paradójicamente, la máxima “menos es más” (voz, guitarra y poco más) ocho de los once temas originales del disco. Seguro que es el disco que más he escuchado en las primeras semanas del verano, una y otra vez, desde “Appetite” hasta “When The Angels”, una a una destiladas hasta su más deslumbrante esencia, hasta su más emocionante humanidad. Y cuando llega “When Love Breaks Down” no queda más que poder decir. Un nudo en la garganta. Solo emoción pura. Canciones y sonidos que me retrotraen a aquellas oscuras y frías tardes de invierno, y a aquel chaval soñando con las canciones y sonidos que atesoraban aquellos vinilos de la tienda de Poza…

¡Ah, le educación sentimental, que diría mi amigo Manolo Martos! En el entre tanto, en la ya difunta Librería Universal de la calle Ledesma alguien daría buena cuenta de un vinilo titulado “Steve McQueen” al módico precio de 500 pesetas. Seguro.

Wednesday, July 04, 2007

LECTURAS DE VERANO: ROCK MANIA vs BACK IN TIME

Si hace poco os recomendaba que os hicieseis con una copia del último número de Dumb Angel Gazzette, no puedo dejar de recomendaros ahora el primer número de la revista Rock Mania (con base de operaciones en Minneapolis). La descubrí de casualidad husmeando sin rumbo fijo por la web (sí, a veces merece la pena). Inmediatamente mi cerebro volvió a los días del floreciente renacimiento del power pop de primeros-mediados de los años noventa, y la aparición de maravillosos fanzines/revistas como Yellow Pills, Audities o Popsided, que con su entusiasta y erudita visión ayudaron a difundir aquella maravillosa escena. Tomando como modelo estas publicaciones y otras más antiguas, como Bomp, sobre todo, parece que nace Rock Mania. Este primer número que os comento tiene fecha de septiembre de 2006, con lo que espero que un segundo esté de camino. El contenido es sencillamente sobresaliente por lo variado y poco manido: excelentes entrevistas (con multitud de fotos y discografías) con Milk 'n' Cookies, Justin Love y Nikki Corvette; también aparecen sendas entrevistas con los miembros de los legendarios The Wind, ya que revisitan su mítico LP Where It's At With The Wind. Y luego, para entretenerte durante horas, cantidad de reseñas de añejos vinilos, revistas, libros, vídeos, que te ponen a salivar de inmediato y a buscarlos como un poseso. La presentación merece comentario aparte, ¡vaya lujazo! 56 páginas a todo color, excelentemente maquetadas y repletas de fotos y carátulas de discos. No he visto cosa igual desde lo de Dumb Angel, y eso de por sí ya era demasiado. Un verdadero tesoro. Incluye un póster de Nikki Corvette. Todo lo demás que necesitas saber lo encontrarás aquí: www.totalrockmania.com

Y desde Cáceres nos llega el nuevo número, el cuarto ya, de Back In Time, fanzine que seguimos desde sus inicios, y que dirige el incombustible Juan Manuel Cañas, a.k.a Lazy Juanma. De filiación sesentera, y mejorando con cada número, su sumario es una declaración de intenciones que lo dice todo: un dossier “Spanish Pebbles” (se acompaña CD titulado Fuzz Illusions que con 22 temas ilustra este dossier), Long Tall Shorty, Mighty Hannibal, The Shake cuentan sus hazañas en el IPO, The Dansettes, muy interesante entrevista a Paco Poza (Los Imposibles), Soul Cookers, The Madd, English Free Cinema, Chris Farlowe, Los Inmediatos, Yo Soy la Morsa, Los Fumestones, y las habituales secciones de fanzines, El Coleccionista, críticas de discos… Impresionante nivel, Maribel. No hay excusa pues para no pedirle ya vuestra copia al bueno de Juanma en: lazykid67@hotmail.com

Friday, June 29, 2007

DUNHILL RECORDS: LOS PRIMEROS AÑOS, 1965-1967 (1ª parte)

Llega el verano, y a nosotros nos entran ganas de escuchar los “sweet sounds of summer”, que alguien decía. Entre otros muchos, la época estival la pasamos especialmente enganchados a los primeros discos que publicó el sello californiano Dunhill Records. En tres partes, esta vez sí, os lo damos a conocer.

Durante un corto, pero fructífero, muy fructífero, período de tiempo Dunhill Records fue algo más que una compañía de discos, como rezaba su eslogan promocional. En unos cuantos meses levantaron los cimientos y dieron perfecta forma a un edificio sonoro que dejaría una indeleble huella y sería tan fiel testigo de una época realmente dorada de la música Pop. Nos referimos al sonido folk rock, la perfecta simbiosis entre las sonoridades acústicas y austeras (digamos, Dylan), mezcladas con los nuevos sonidos provenientes, sobre todo, de los grupos británicos que por entonces invadían los Estados Unidos (digamos, The Beatles), y que ya había tenido su primer número uno con la versión del “Mr. Tambourine Man” de Dylan, a cargo de The Byrds en el verano de 1965.

Dunhill Records nació precisamente en 1965, en la ciudad de Los Angeles, fruto de la unión de tres tipos bien distintos, Lou Adler, Jay Lasker y Bobby Roberts. De los tres, Lou Adler era sin lugar a dudas la fuerza motriz, al menos en la parte puramente artística de la empresa. No en vano su experiencia en el negocio musical era muy amplia. Lou había ejercido de compositor –escribió “Baby Talk”, para Jan & Dean, y junto a Herb Alpert, “Only Sixteen” y “Wonderful World” para Sam Cooke-, manager –de entre otros, Jan & Dean, Johnny Rivers-, productor, y poseía ya su propia casa editorial, Trousdale Music Publishers, amén de una productora denominada Dunhill Productions. Además conocía a la perfección los entresijos del funcionamiento de un casa discográfica, ya que había trabajado para los sellos Colpix y Dimension, en la Costa Este. Fue precisamente a través de su trabajo para estos sellos, especialmente Colpix, una subsidiaria del grupo Screen Gems, que Lou trabó contacto con muchos compositores, y entre ellos, con Phillip Sloan y Steve Lipkin, que más tarde cambiaría su apellido por el más conocido de Barri. Ya juntos, formando la clásica signatura P.F. Sloan/Steve Barri, fueron el equipo estrella de Trousdale y, en consecuencia, lo serían de la incipiente Dunhill Records. Por eso la historia que a continuación nos disponemos a presentarte es tanto la de ellos mismos –Sloan y Barri-, como lo es del sello en sí.

A grandes rasgos, y tal y como aparece reflejada en las enciclopedias, los primeros dos años de discos Dunhill podrían resumirse de la siguiente forma: logran un fulgurante número 1 en todo el país –y medio mundo- en septiembre de 1965 con “Eve Of Destruction”, una composición de P.F. Sloan interpretada por Barry McGuire, y que a su vez era una de las primeras referencias del sello. El mismo Barry pone en contacto a Lou Adler con el que sería el grupo con más éxito del sello, The Mamas And The Papas. Su meteórica ascensión, a través de singles como “California Dreamin’” (un Top 5 en 1965) y “Monday Monday” (número 1 en 1966), consolida la posición de Dunhill como una compañía señera e innovadora dentro del efervescente mundillo musical de la época. El siguiente gran éxito de la discográfica viene de la mano de un grupo fantasma, The Grass Roots. Cuando el éxito masivo les sorprende, el grupo se consolida definitivamente como una entidad real, y acabará cosechando una retahíla de éxitos hasta bien entrados los 70. Sin embargo, apenas dos años después de su nacimiento, Dunhill perdió la distintiva identidad que sus primeros artistas le habían proporcionado: The Mamas & The Papas se habían separado, P.F. Sloan y Barry McGuire acabaron defenestrados y condenados al ostracismo, hasta Lou Adler abandonó tempranamente el barco cuando vendió su parte en la compañía a la distribuidora ABC/Paramount, para formar un nuevo sello en 1967, Ode Records. Después, con el final de la década, Dunhill seguirá disfrutando de las mieles del éxito de la mano de grupos como Steppenwolf, Three Dog Night, Smith o solistas como Richard Harris, Thelma Houston o Emitt Rhodes. Pero el “sonido Dunhill” que caracterizó los primeros pasos del sello había desaparecido ya por completo.

Trataremos, en definitiva, es profundizar en los dos primeros años de vida del sello, el período comprendido entre mediados de 1965 y los primeros meses de 1967, haciendo un recorrido por los grupos y artistas que formaban parte de la plantilla de Dunhill Records, “no solo una compañía que hace discos, sino una compañía de discos”.

PRIMEROS ESCARCEOS: GRUPOS DE CHICAS, LA LOCURA SURF y OTROS SONIDOS


Ciertamente no podemos decir que Dunhill desarrollase a través de diversos lanzamientos el sonido característico de los grupos de chicas, sin embargo dos gloriosas excepciones de este sonido se colaron entre las primerísimas referencias del sello. SHELLEY FABARES se había casado con Lou Adler en 1964, así que éste no tuvo el menor problema en ficharla para su nuevo sello. Shelley comenzó su carrera en el mundo del show-biz a muy temprana edad, interviniendo en diversas películas a lo largo de los años 50. En 1958 le ofrecen un papel en la comedia de situación The Donna Reed Show, obteniendo tal éxito que la discográfica Colpix le ofreció un contrato. Con ellos tuvo un fulgurante número 1 con “Johnny Angel”, sin duda alguna uno de sus temas más recordados. Para Colpix grabó más sencillos y hasta un par de LP’s, pero el éxito de “Johnny Angel” no se repitió. Después de su paso por otra discográfica, Vee-Jay, donde no logró ningún nuevo hit, Fabares pasó al nuevo sello que acababa de fundar su marido, Dunhill Records. En mayo de 1965 aparece su primer sencillo, “My Prayer/Pretty Please” (D-4001), la primera referencia de Dunhill Records comprendía el clásico de los Platters, y en la cara B “Pretty Please” un tema escrito por el tandem Sloan/Barri, como casi todo lo que comprende esta primera época del sello que en este artículo trataremos. El sencillo no logró la repercusión comercial deseada pero, pese a ello, un año y medio más tarde, en octubre de 1966, vuelven a utilizar el tema “Pretty Please”, de nuevo como cara B, junto otra composición de Sloan/Barri, “See Ya ‘round On The Rebound” (D-4041), en otro sencillo para Shelley. Otra fenomenal canción, de melodía irresistible, con una acertadísima producción, continuadora en el mejor de los sentidos del sonido de grupos de chicas. Un tema que también grabaría Sandy Posey, y que sin duda inspiró a nuestro héroe Ben Vaughn –gran fan de P.F. Sloan- a la hora de componer “On The Rebound”, tema incluido en su LP de 1987 “Beautiful Thing”.

Después de su paso por Dunhill, Shelley Fabares volvió al mundo del cine (la podemos ver junto a los Herman’s Hermits en su película “Hold On” –cuyo tema principal homónimo también fue escrito por Sloan/Barri- o junto a Elvis Presley en “Girl Happy”, entre otras), para acabar separándose de Lou Adler a finales de los 60. Desde entonces su carrera ha continuado principalmente frente a las cámaras.

Siguiendo con la historia de Dunhill Records, aún hubo un nuevo intento en el campo del sonido de grupos de chicas, con un conjunto llamado GINGER-SNAPS (en realidad, una creación de estudio). Sloan y Barri epitomizan el sonido con toda una lección de versatilidad musical (no hay que olvidar que venían del sonido surf), componiendo y produciendo las dos canciones del único single que editaron en julio de 1965, “The Sh-down-down Song (You Better Leave Him Alone)/I’ve Got Faith In Him” (D-4003). Otra joya para coleccionistas y amantes de los grupos de chicas. Pero la época dorada de este sonido ya había pasado, por lo que desde Dunhill no dudaron en orientar el sello hacia otros terrenos comercialmente más propicios.

WILLIE & THE WHEELS era uno de los muchos seudónimos utilizados por P.F.Sloan y Steve Barri para dar salida comercial a su ingente creatividad. Recordemos que en 1964 habían editado el disco “Tell ‘Em I’m Surfin’” como The Fantastic Baggys, para el sello Imperial, aunque auspiciado por la productora de Lou Adler, Dunhill Productions. En el LP de los Baggys –uno de los grandes clásicos del género, por otro lado-, aparecía un tema titulado “Surfin’ Craze” que hablaba de la moda surf que arrasaba por entonces en los Estados Unidos. Por si el skateboarding constituyese la próxima locura juvenil, Sloan y Barri decidieron darle la vuelta a su viejo tema y reconvertirlo en “Skateboard Craze”. Bajo un nuevo seudónimo, Willie & The Wheels, Dunhill publica en mayo de 1965 el sencillo “Do What You Did/Skateboard Craze” (D-4002). Musicalmente un auténtico caramelo, pero que por lo que parece muy poca gente llegó a degustar, ya que el sencillo desapareció sin dejar apenas rastro. ¡Aunque la moda del monopatín sí que causó furor!

Curiosamente, la primera referencia en LP del sello Dunhill fue un disco de música surf atribuido a una entidad denominada RINCON SURFSIDE BAND (DS-50001). Se trata, como no podía ser menos, de los propios Sloan y Barri, junto al más selecto grupo de músicos de sesión de Los Angeles (la famosa “Wrecking Crew” en pleno: Hal Blaine, Joe Osborne, Tommy Tedesco, Bill Pittman, Al DeLory…), realizando versiones instrumentales de temas de los Beach Boys y de Jan & Dean. Si bien no pudieron resistir la tentación de incluir un tema propio, el ya conocido “Skateboard Craze”, aunque en versión karaoke, dadas las exigencias del guión. Las letras de las canciones se reproducían en la contraportada del LP original. El disco es una pequeña joya, y está reconocido como uno de los grandes discos del género. Además el propio P.F. Sloan se encargaba en la mayoría de las ocasiones de las partes principales de guitarra, lo que ciertamente supuso un reconocimiento a sus habilidades no sólo como compositor o productor, sino también como intérprete.

Y hablando de la “Wrecking Crew”, su más conocido representante, el excelso percusionista HAL BLAINE tuvo también su momento de fama o, por lo menos, la oportunidad de ejercer de solista, de “front man”, merced a una serie de LP’s en solitario que Dunhill Records tuvo a bien editarle. A fin de cuentas, Hal toca la batería en la práctica totalidad de discos editados por Dunhill en esta época. En total fueron tres LP’s los publicados, todos ellos instrumentales, que si bien no constituyen, como era de esperar, muestras puras de sonido folk-rock, sí que son sano un divertimento al servicio del lucimiento del señor Blaine. El primero de estos discos, titulado “Drums! Drums! A Go Go” (DS-50002, 1966), está producido por P.F. Sloan y Steve Barri, quienes además le ceden algún tema original ad hoc, como “Midnight At Pink’s” (un famoso puesto de hamburguesas y perritos calientes, situado en Hollywood, donde se dice que Phil Spector llevaba a sus músicos de celebración después de conseguir un nuevo éxito), y el que daba título a la colección “Drums! Drums! A Go Go”. El resto de temas no eran sino éxitos del momento (“Wooly Bully”, “Money”, “Rumble”, “California Sun”…), convenientemente remozados, eso sí, con sabores reminiscentes de la música surf y hot-rod. Después, ya sin la participación de P.F. Sloan, Hal Blaine editaría otros dos LP’s de elocuentes títulos, “Psychedelic Percusión” (DS-50019, 1967) y “Have Fun!! Play Drums!!” (DS-50035, 1968).

Fin de la primera parte.

Tuesday, June 05, 2007

JACKIE DeSHANNON "Songs" RPM, 2006

Resultaba llamativo que salvo por una miríada de consabidos “best of”, cuyos temas se repiten entre sí y que poco aportan en la justa difusión del legado de esta impresionante artista, la discografía oficial de Jackie DeShannon permaneciese prácticamente inédita en formato CD (se salva la exquisita reedición de Rhino Handmade de su disco “Jackie” de 1972, aparecida en 2003). Afortunadamente, el exquisito sello inglés R.P.M. (que actualmente opera bajo el paraguas de Cherry Red) inició hace un par de años una serie de lanzamientos centrados en su figura. Hasta la fecha se han publicado 6 títulos, reediciones de algunos de sus álbums oficiales: “Breakin' It Up On The Beatles Tour” (rpm 302, su segundo LP de 1964), “Are You Ready For This” (rpm 303, su quinto LP, 1966), “Laurel Canyon” (rpm 304, octavo LP 1968), “Put A Little Love In Your Herat” (rpm 314, décimo primer álbum, 1969), “Songs” (rpm 315, decimotercero álbum, 1971), y “For You” (rpm 316, sexto disco de 1967). Todos ellos aderezados con abundantes temas extras (muchos de ellos inéditos hasta la fecha) y excelentes notas y fotografías de la época. Desde aquí recomendamos todos y cada uno de los mismos, pero nos vamos a centrar en el titulado simplemente “Songs”, una pequeña maravilla de disco. En 1971, y después de casi una década bajo la disciplina de la familia Imperial / Liberty Records, Jackie ficha por la discográfica Capitol, y edita un LP simplemente titulado “Songs”, iniciando un nuevo camino en busca de la ansiada libertad artística. Capitol inicialmente la junta con el productor Chips Moman y juntos graban en los estudios American de Memphis (donde el mítico productor tenía su base de operaciones). Por razones desconocidas, estas grabaciones no llegaron a editarse, y Jackie se trasladó a Los Angeles donde junto al productor Eric Malamud, registraría los temas que finalmente conformarían “Songs”. La foto de la portada que nos muestra a una hermosa Jackie sentada junto a una chimenea, indica el tono relajado e intimista que impregna las canciones contenidas en este nuevo álbum. Hay versiones, notable el “Lay Lady Lay”, retitulado “Lay, Baby, Lay” de Dylan, “Keep Me Warm” de Johnny Christopher (músico de sesión en los American Studios de Moman, y que había coescrito algunos éxitos de Elvis como “Suspicious Minds” o “Always on My Mind”, nada menos), que abre el disco y que sigue siendo una de mis interpretaciones preferidas de Jackie (¿quién sería el afortunado destinatario de esta petición?), “International” (de Gallagher & Lyle) o “Ease Your Pain” de Hoyt Axton. Además hay excepcionales nuevas composiciones de la propia Jackie, destacando “Salinas” y “West Virginia Mae”. Junto a todos ellos, la reedición de “Songs” nos obsequia con 10 temas más, las grabaciones inéditas realizadas con Chips Moman que comentábamos al principio. Como cabía esperar, se trata de 10 joyas de soul-pop, mayormente temas ajenos (Van Morrison, Penn/Oldham, Emitt Rodees, Hurley/Wilkins, Arlo Guthrie, Goffin/King), que Jackie lleva a su terreno, y que demuestran una vez más que estamos ante una de las figuras más injustamente minusvaloradas de los 60/70. Después de “Songs” Jackie ficharía por Atlantic y editaría en 1972 el disco “Jackie”, que muchos fans consideran como su mejor álbum. Pero en “Songs” tenemos ya una obra mayor a descubrir. Imprescindible.

Tuesday, May 15, 2007

DUMB ANGEL GAZETTE # 4: All Summer Long


Desde luego no hay nada como el papel. Cuando se trata de buscar información y datos sobre nuestro último descubrimiento, la inmediatez y facilidad de acceso a la información que proporciona la web están bien y hasta resulta de suma utilidad, pero quién no se ha sentido hastiado después de haberse tirado horas delante de la pantalla del ordenador sin haber conseguido encontrar nada que mereciese realmente la pena. La lectura de un buen libro o de un artículo de revista, casi seguro, siempre nos reportará segura recompensa a nuestra ansia de conocimiento, cómodamente y sin perder la paciencia ni la vista. Por eso es de agradecer que en estos tiempos de diarrea telemática, haya gente que siga apostando por el seguro y perdurable valor de la página impresa.

No sé si el término fanzine es el que mejor se ajusta al último número de Dumb Angel Gazette. En formato revista y con casi 150 páginas a todo color, más bien parece un libro o un especial de Mojo. Pero para los que conozcan números anteriores, este número 4 es un largamente esperado maná. Teniendo en cuenta que el número anterior apareció en el verano de 1989, no es de extrañar que en el entre tiempo, el “Dumb Angel” haya adquirido proporciones casi míticas (ejemplares de números anteriores se cotizan a millón). Después de que la aparición de este nuevo número llevase anunciada más de dos años, por fin el verano pasado vio la luz. Al mando (y firmando muchos de los artículos) sigue su fundador, el gran Domenic Priore (atentos a la inminente publicación de “Riot on Sunset Strip: Rock 'n’ Roll’s Last Stand in Hollywood 1965/1966”, promete ser uno de los libros del año), ayudado por Brian Chidester y un elenco de colaboradores de lujo y probada solvencia en la materia: Brad Elliot, Harvey Kubernik, Peter Frame o Mark Anderson Moore. Su precio y el hecho de que apenas se haya visto en los catálogos de v.p.c. al uso, la ha hecho pasar desapercibida por estas latitudes. Gran injusticia.

Con un sumario para muy cafeteros, sección escena californiana de mediados de los 60, su sumario lo dice todo: Phil Spector (interesantísimo artículo a cargo de Harvey Kubernik sobre la esfera social que rodeaba a Spector en sus años de gloria), Jan & Dean (estudio en profundidad sobre sus producciones y técnicas de estudio entre 1964-66), los Beach Boys y el Modernismo Pop 1964-65, jugosa entrevista al mítico saxofonista de sesión “Teenage” Steve Douglas, completa sesión-grafía de los Beach Boys entre 1964 1965, y mucha música surf (Dick Dale & His Del-Tones, además de un family tree desplegable a cargo de Pete Frame -realizado especialmente para este número- de grupos surf de la zona de South Bay en el período 1961-1965, la evolución de la música surf a través de las películas independientes, etc., etc.); además de otros suculentos platos. Por supuesto, la calidad de los textos y el contenido de los mismos es sobresaliente.

Ciertamente el apartado gráfico y la presentación de la revista, merecen capítulo aparte, no en vano corren a cargo de gente tan reputada como Mark London (responsable del diseño de los último trabajos de Brian Wilson), Lisa Sutton y Chris Green. Aunque no entiendas ni una palabra de inglés, y tu interés por los temas tratados sea más bien tangencial (¡ay!), el aluvión de fotos, portadas y demás es tan alucinante, que sólo por ello su adquisición ya merece la pena.

Poco más queda por decir... los podéis encontrar aquí: http://www.dumbangelmagazine.com/

Tuesday, February 27, 2007

AMERICAN SPRING, United Artists, 1972. (Discos a recuperar, 3)

De entre el catálogo de gemas que jalona la biografía musical de Brian Wilson, tal vez una de las menos conocidas sea ésta que aquí os presentamos, un LP editado originalmente en el verano de 1972 y acreditado al dúo American Spring. La génesis de Spring (lo de American funcionaba para el mercado británico dada la coincidencia en la nomenclatura con los progresivos ingleses), habría que buscarla unos años antes sin embargo, mientras los Beach Boys disfrutaban sus apabullantes éxitos artísticos y comerciales en la primera mitad de los 60. Por entonces Brian Wilson se hizo cargo de la producción de The Honeys, un trío formado por la mujer de Brian, Marilyn, su hermana Diane Rovell y la prima de éstas, Ginger Blake. Tratando de emular a su idolatrado Phil Spector, Brian concatenó una serie de gloriosos sencillos entre 1963 y 1964 que pasaron totalmente desapercibidos comercialmente hablando, y el grupo quedó en estado de hibernación. Sin embargo un tardío y último sencillo aparecido en 1968, “Tonight You Belong To Me”, dio paso a un sustancial cambio de sonido y a lo que poco tiempo después sería Spring: ya sin Ginger Blake, las hermanas Rovell debutaban bajo ese nombre en 1971 con el sencillo “Now That Everything’s Been Said/Awake”, dos versiones (la primera original de Carole King y Toni Stern) que son de lo más maravilloso que uno pudiera desear: me quedo sin palabras con las que siquiera aproximarme a estas joyas. Aparece poco después un segundo sencillo, “Good Time/Sweet Mountain” y, finalmente, en el verano de 1972 el álbum homónimo (que incluía los cuatro temas anteriores). Decir, con todo lo que eso supone, que está a la altura de lo que los Beach Boys hacían por entonces (recordemos: “Sunflower”, “Surf’s Up”, “Holland”; cosas muy, muy serias), es quedarse corto. La selección de un material de primera que incluye escogidas versiones totalmente remozadas (“Everybody” de Tommy Roe, “Mama Said” de las Shirelles, o de nuevo el eterno catálogo de Goffin/King en “Down Home” que hacía Little Eva) y temas propios de los hermanos Wilson (de Brian son “Thinkin’ Bout You Baby”, “This Whole World”, “Sweet Mountain”, y de Dennis la inmensa “Forever”), y la aproximación musical bajo la atenta mirada de Brian (que ejerce de co-productor y arreglista), conforman un conjunto de belleza inigualable, de sutiles invocaciones, de luminosos hallazgos, de perfecta armonía, una obra maestra, en fin, que no puede menos que conmover al oyente que se acerque a ella. El propio Brian Wilson llegó a decir que era lo mejor que había hecho nunca.

Esta joya es sin duda alguna uno de mis discos preferidos de todos los tiempos. Nuestro amigo Carlos Rego escribió un estupendo artículo sobre la saga Honeys/Spring para “Ruta 66”, que también se puede encontrar en la web. Finalmente, sólo me resta remitiros al breve pero emocionante capítulo “The Beach Boys Love You and Spring” del libro “Brian Wilson & The Beach Boys – How Deep Is The Ocean?”, una colección de escritos de diferentes épocas a cargo del gran Paul Williams. Si no tenéis este libro y sentís algo más que mera curiosidad por los Beach Boys haceros un favor: comprarlo. Pocas veces leer sobre música resulta tan gratificante y revelador como escucharla. Actualmente descatalogado, se impone una reedición en regla de todo el material que American Spring registraron.

Monday, February 19, 2007

NICK HAEFFNER “The Great Indoors”, Bam Caruso, 1987 (Discos a recuperar, 2)



Alguien se levantó muy inspirado esa mañana, no cabe duda. “El mejor lanzamiento de psicodelia inspirada en los 60 de la semana no es el Sgt Pepper en CD, sino el debut de Nick Haeffner... un disco que es variado, sorprendente y maravillosamente refrescante”. Esto se podía leer en el prestigioso The Guardian una lejana mañana de 1987 –se daba la circunstancia que el sello Apple acababa de poner en circulación la primera reedición en CD del mítico álbum de los Beatles-. Pues no seré yo quién enmiende la plana a Mr. Denselow, crítico del Guardian, cuando buena parte de los mejores escribas ingleses del momento (suficiente con citar a Jon Savage y Jon Storey) eran igualmente unánimes en alabar, aunque de forma más moderada, las bondades de este ciertamente único disco.
Pese a que la mayor parte de los comentarios que sobre el disco se publicaron incluían la palabra “psychedelia”, lo cierto es que estamos ante un artefacto que desafía cualquier clasificación al uso. Diez temas autoproducidos y que comprenden tanto instrumentales de sabor surf, como deliciosas melodías de indudable raigambre sixtie, estamos ante un amalgama de influencias que van desde el jazz o la música clásica, hasta el punk o el folk, pero sin duda alguna la característica que le eleva por encima de la media es la misma virtud que identifica a Kevin Ayers, Syd Barrett, Ray Davies, Nick Drake, Robyn Hitchcock, Paul Roland o Martin Newell: esa quintaesencial y bendita excentricidad británica que les hace gloriosamente únicos. Pop y psicodelia unidos de la mano. Sí, pero en bolsita de té a las cinco, por favor.
El disco se retituló “The Great Outdoors” para su edición en CD que incluía una canción extra. Además, en un alarde de confianza el sello Bam-Caruso puso en circulación un par de maxis que contenían a su vez más temas no incluidos en el LP. Incluso se registraron sesiones para un inconcluso segundo disco que nunca llegó a ver la luz, y que fue a la postre la última referencia, aunque inédita, de Bam-Caruso. Y es que la historia de Nick Haeffner va irremediablemente unida a la del mítico sello que fundó Phil Smee. Pero dejemos esta otra historia para otro momento y lugar más apropiado, para poder contarla como merece.
Por lo demás, si cualquiera de los nombres que hemos citado son fruto de tu devoción, no deberías albergar más dudas al respecto y lanzarte a la caza y captura de este pequeño tesoro. A poco que te esfuerces obtendrás una segura recompensa.
P.S.- En la actualidad Nick Haeffner ejerce de profesor y es autor, entre otras cosa, de un libro sobre Alfred Hitchcok. Más información: http://homepage.mac.com/nickhaeffner/My%20Website/index.html

Tuesday, January 30, 2007

DENNY DOHERTY "Watcha Gonna Do", Dunhill Records, 1971 (Discos a recuperar, 1)

Como son las cosas. Acababa de recuperar el LP “Watcha Gonna Do” hacía solo unos días cuando me enteré de la muerte de Denny Doherty, la voz de The Mamas & The Papas. Un nuevo episodio de ese triste ritual que, sobre todo en los 3-4 últimos años, de forma inexorable nos va privando de nuestros héroes y amigos íntimos. Lo cierto es que recuerdo perfectamente cuando compré el disco. Hará cosa de un par de años, a un dealer americano que, en el último día de la feria de discos, liquidaba su stock para volverse más ligero a casa. ¡Y vaya material tenía! Originales USA en perfecto estado en su mayoría. Afortunadamente pude aprovechar la situación, y quien se fue a casa ligero fui yo, ¡pero de pasta! Entre ellos éste, el primero de los dos únicos discos que Denny Doherty editaría al margen de los Mamas. Probablemente un álbum pergeñado para cumplir obligaciones contractuales con Dunhill Records, pero no por ello un disco menos aprovechable. Ya la foto de la portada me tenía atrapado –también hay que ser muy fan de los Mamas, y yo lo soy-, y luego la espectacular foto de estudio con todos los músicos en el interior del gatefold. En fin, el cartón duro, el grueso lomo, el vinilo prístino… por favor, que a nadie se le ocurra mentar las puñeteras descargas digitales en mi presencia. En fin, que me voy por las ramas. La música, sí. La verdad es que, aunque con cuentagotas, Denny ya había dado muestras de sobrada habilidad compositiva firmando junto con John Phillips alguno de las más memorables canciones de The Mamas & The Papas como “Got A Feelin”, “I Saw Her Again” o “For the Love of Ivy”, pero fue su preciosa voz la que le ganó fama y reconocimiento. Para este disco se hizo ayudar de Linda Woodward a la hora de componer un repertorio de amables melodías entre la herencia gloriosa de su grupo anterior y los introspectivos y amables aires de la emergente escena de cantautores californianos. “Watcha Gonna Do”, que abre el disco, es tal vez su momento más comercial con una infecciosa melodía, de esas que se te quedan grabadas al instante, pero al margen de las versiones incluidas (“Honky Tonkin” de Hank Williams y el medley “Here Comes The Sun / The Two Of Us” que cierra el disco), el álbum contiene momentos tan inspirados como la preciosa “Gathering The Words” –mi favorita- o “Tuesday Morning” (coescrita con su viejo amigo Barry McGuire, que también toca la guitarra y hace voces en el disco, y que sorprendentemente me remite al tema de mismo título escrito por Joey Molland para Badfinger, y que se puede encontrar en su LP de 1971 “Straight Up”), o “I Still Can’t Hear the Music”, otro gran momento . Con un plantel de músicos de órdago, destacando sobre todo la omnipresente steel guitar del gran Buddy Emmons, la producción a cargo de Bill Szymczyk (que se haría de oro produciendo más tarde a los Eagles), y arreglos a cargo del gran Jimmie Haskell, el acabado es ciertamente notable. Country pop, en definitiva, sin grandes complicaciones ni pretensiones. Nada del otro mundo, sin duda, pero sí una excusa ideal para pasar un rato más que agradable y para rendir tributo a una de las más bonitas voces del pop.

Friday, January 12, 2007

THE ROCKINGBIRDS: ¡clásicos!


Puede sonar a la más manida de las historias de rock ‘n’ roll, pero lo cierto es que la incógnita a despejar en la ecuación disco de debut perfecto más sello hip y predispuesto igual a fracaso comercial estrepitoso, nunca ha sido fácil de resolver. Y si no que se lo pregunten a los Moby Grape, Brinsley Schwartz y The Beat de esta vida. En el caso que nos ocupa puede que la solución la encontremos en una suerte de “lugar equivocado, momento equivocado”. ¿Hubiese resultado el asunto diferente si “The Rockingbirds” hubiese aparecido cinco años más tarde y lo firmase un grupo de Minneapolis? Es difícil de saber, pero cuando las denominaciones “americana” o “alt country” son hoy ampliamente asumidas hasta por el más moderno y enterado sector de público y crítica, me juego algo a que podríamos estar ahora hablando de un disco tan influyente en esa escena como cualquiera de Uncle Tupelo o Whiskeytown, sin ir más lejos. Sin embargo, cuando su debut se puso a la venta en 1992 parecía que los londinenses The Rockingbirds se iban a comer el mundo. Heavenly Records acababa de firmar un contrato de distribución con Sony y en las primeras semanas desde su edición, el disco había vendido más de 10.000 copias: ¿unos londinenses jugando a ser los Flying Burrito Brothers? ¿Y por qué no? La realidad es que se quedaron a las puertas de un éxito que sin duda merecían. El personaje clave de esta historia responde por el nombre de ALAN TYLER. Militante, en otros tiempos, de la cultura post-punk y firme creyente de su ética anti-rock, el bueno de Alan tuvo una revelación escuchando unos cuantos sencillos primerizos de Elvis en una fiesta, y se tira los tres años siguientes escuchando al señor Presley y a Hank Williams. Así las cosas y tomando como base de operaciones el 123 de Camden Road (ver foto de portada de su primer LP), Alan consigue involucrar a unos cuantos amigos y los Rockingbirds cobran vida: Alan a la voz y guitarra, Andrew Hackett guitarra solista, Patrick Arbuthnot a la pedal steel, Dave Morgan (ex –Weather Prophets) a la batería y Dave Goulding al bajo. Tras los obligatorios ensayos y primeros bolos el grupo consigue llamar la atención de Jeff Barrett, que venía de trabajar en los departamentos de prensa de Creation y Factory, y era dueño de la incipiente discográfica Heavenly. Entusiasmado con lo que oye, Barrett decide publicarles su primer sencillo y financiar un primer LP. Grabado en Londres y producido por Clive Langer (Madness, Teardrop Explodes, Morrisey…), el álbum es un compendio de grandiosas canciones pop teñidas de suaves aromas country. Canciones así, con mayúsculas, sin mayor pretensión que la de hilvanar los tres acordes de siempre para dar rienda suelta, de la forma más harmoniosa y melódica posible, a las mismas historias de siempre. Pero es ahí, precisamente, donde radica siempre la dificultad, ¿no creen? Un disco que podía haber sido grabado en 1969, en 1974 o en cualquier otra fecha que gusten. Clásico. La gran recepción de crítica (uno de los mejores discos de 1992, según el NME), se vio refrendada por apariciones en festivales de postín (Glastonbury, Reading, Finsbury Park Fleadh, etc.), y giras por todo el Reino Unido.
Después de un igualmente sobresaliente segundo, y casi póstumo, álbum “Whatever Happened to The Rockingbirds” (Cooking Vinyl/Heavenly, 1995), el grupo se disolvió, y cada cual siguió su propio camino. Así Andrew Hackett ha trabajado con Edwyn Collins y Sean Read con Beth Orton, pero es Alan Tyler quien, de alguna manera, ha mantenido vivo el legado de los Rockingbirds. Tras la disolución del grupo formó, junto a Sean Read, The Famous Times. Pero eso, y lo que ocurrió después, es ya otra historia que contaremos en otro momento.

¡Aquí estamos!


Esta entrada tenía que haber aparecido hace tiempo. Esa era la idea. Pero también teníamos (corrijo, tenemos) pendiente un nuevo número impreso de Otoño Cheyenne desde hace más tiempo aún (el trabajo en el nuevo número está bastante avanzado), y hasta que éste sea una realidad hemos decido abrir esta moderna vía de comunicación, en la que daremos salida a nuestras obsesiones. Empezamos con los Rockingbirds (más arriba), que son favoritos del fanzine por muchas razones, y desde luego no será la primera entrada que tengan.