De entre el catálogo de gemas que jalona la biografía musical de Brian Wilson, tal vez una de las menos conocidas sea ésta que aquí os presentamos, un LP editado originalmente en el verano de 1972 y acreditado al dúo American Spring. La génesis de Spring (lo de American funcionaba para el mercado británico dada la coincidencia en la nomenclatura con los progresivos ingleses), habría que buscarla unos años antes sin embargo, mientras los Beach Boys disfrutaban sus apabullantes éxitos artísticos y comerciales en la primera mitad de los 60. Por entonces Brian Wilson se hizo cargo de la producción de The Honeys, un trío formado por la mujer de Brian, Marilyn, su hermana Diane Rovell y la prima de éstas, Ginger Blake. Tratando de emular a su idolatrado Phil Spector, Brian concatenó una serie de gloriosos sencillos entre 1963 y 1964 que pasaron totalmente desapercibidos comercialmente hablando, y el grupo quedó en estado de hibernación. Sin embargo un tardío y último sencillo aparecido en 1968, “Tonight You Belong To Me”, dio paso a un sustancial cambio de sonido y a lo que poco tiempo después sería Spring: ya sin Ginger Blake, las hermanas Rovell debutaban bajo ese nombre en 1971 con el sencillo “Now That Everything’s Been Said/Awake”, dos versiones (la primera original de Carole King y Toni Stern) que son de lo más maravilloso que uno pudiera desear: me quedo sin palabras con las que siquiera aproximarme a estas joyas. Aparece poco después un segundo sencillo, “Good Time/Sweet Mountain” y, finalmente, en el verano de 1972 el álbum homónimo (que incluía los cuatro temas anteriores). Decir, con todo lo que eso supone, que está a la altura de lo que los Beach Boys hacían por entonces (recordemos: “Sunflower”, “Surf’s Up”, “Holland”; cosas muy, muy serias), es quedarse corto. La selección de un material de primera que incluye escogidas versiones totalmente remozadas (“Everybody” de Tommy Roe, “Mama Said” de las Shirelles, o de nuevo el eterno catálogo de Goffin/King en “Down Home” que hacía Little Eva) y temas propios de los hermanos Wilson (de Brian son “Thinkin’ Bout You Baby”, “This Whole World”, “Sweet Mountain”, y de Dennis la inmensa “Forever”), y la aproximación musical bajo la atenta mirada de Brian (que ejerce de co-productor y arreglista), conforman un conjunto de belleza inigualable, de sutiles invocaciones, de luminosos hallazgos, de perfecta armonía, una obra maestra, en fin, que no puede menos que conmover al oyente que se acerque a ella. El propio Brian Wilson llegó a decir que era lo mejor que había hecho nunca.
Esta joya es sin duda alguna uno de mis discos preferidos de todos los tiempos. Nuestro amigo Carlos Rego escribió un estupendo artículo sobre la saga Honeys/Spring para “Ruta 66”, que también se puede encontrar en la web. Finalmente, sólo me resta remitiros al breve pero emocionante capítulo “The Beach Boys Love You and Spring” del libro “Brian Wilson & The Beach Boys – How Deep Is The Ocean?”, una colección de escritos de diferentes épocas a cargo del gran Paul Williams. Si no tenéis este libro y sentís algo más que mera curiosidad por los Beach Boys haceros un favor: comprarlo. Pocas veces leer sobre música resulta tan gratificante y revelador como escucharla. Actualmente descatalogado, se impone una reedición en regla de todo el material que American Spring registraron.
Tuesday, February 27, 2007
Monday, February 19, 2007
NICK HAEFFNER “The Great Indoors”, Bam Caruso, 1987 (Discos a recuperar, 2)
Alguien se levantó muy inspirado esa mañana, no cabe duda. “El mejor lanzamiento de psicodelia inspirada en los 60 de la semana no es el Sgt Pepper en CD, sino el debut de Nick Haeffner... un disco que es variado, sorprendente y maravillosamente refrescante”. Esto se podía leer en el prestigioso The Guardian una lejana mañana de 1987 –se daba la circunstancia que el sello Apple acababa de poner en circulación la primera reedición en CD del mítico álbum de los Beatles-. Pues no seré yo quién enmiende la plana a Mr. Denselow, crítico del Guardian, cuando buena parte de los mejores escribas ingleses del momento (suficiente con citar a Jon Savage y Jon Storey) eran igualmente unánimes en alabar, aunque de forma más moderada, las bondades de este ciertamente único disco.
Pese a que la mayor parte de los comentarios que sobre el disco se publicaron incluían la palabra “psychedelia”, lo cierto es que estamos ante un artefacto que desafía cualquier clasificación al uso. Diez temas autoproducidos y que comprenden tanto instrumentales de sabor surf, como deliciosas melodías de indudable raigambre sixtie, estamos ante un amalgama de influencias que van desde el jazz o la música clásica, hasta el punk o el folk, pero sin duda alguna la característica que le eleva por encima de la media es la misma virtud que identifica a Kevin Ayers, Syd Barrett, Ray Davies, Nick Drake, Robyn Hitchcock, Paul Roland o Martin Newell: esa quintaesencial y bendita excentricidad británica que les hace gloriosamente únicos. Pop y psicodelia unidos de la mano. Sí, pero en bolsita de té a las cinco, por favor.
El disco se retituló “The Great Outdoors” para su edición en CD que incluía una canción extra. Además, en un alarde de confianza el sello Bam-Caruso puso en circulación un par de maxis que contenían a su vez más temas no incluidos en el LP. Incluso se registraron sesiones para un inconcluso segundo disco que nunca llegó a ver la luz, y que fue a la postre la última referencia, aunque inédita, de Bam-Caruso. Y es que la historia de Nick Haeffner va irremediablemente unida a la del mítico sello que fundó Phil Smee. Pero dejemos esta otra historia para otro momento y lugar más apropiado, para poder contarla como merece.
Por lo demás, si cualquiera de los nombres que hemos citado son fruto de tu devoción, no deberías albergar más dudas al respecto y lanzarte a la caza y captura de este pequeño tesoro. A poco que te esfuerces obtendrás una segura recompensa.
P.S.- En la actualidad Nick Haeffner ejerce de profesor y es autor, entre otras cosa, de un libro sobre Alfred Hitchcok. Más información: http://homepage.mac.com/nickhaeffner/My%20Website/index.html
Pese a que la mayor parte de los comentarios que sobre el disco se publicaron incluían la palabra “psychedelia”, lo cierto es que estamos ante un artefacto que desafía cualquier clasificación al uso. Diez temas autoproducidos y que comprenden tanto instrumentales de sabor surf, como deliciosas melodías de indudable raigambre sixtie, estamos ante un amalgama de influencias que van desde el jazz o la música clásica, hasta el punk o el folk, pero sin duda alguna la característica que le eleva por encima de la media es la misma virtud que identifica a Kevin Ayers, Syd Barrett, Ray Davies, Nick Drake, Robyn Hitchcock, Paul Roland o Martin Newell: esa quintaesencial y bendita excentricidad británica que les hace gloriosamente únicos. Pop y psicodelia unidos de la mano. Sí, pero en bolsita de té a las cinco, por favor.
El disco se retituló “The Great Outdoors” para su edición en CD que incluía una canción extra. Además, en un alarde de confianza el sello Bam-Caruso puso en circulación un par de maxis que contenían a su vez más temas no incluidos en el LP. Incluso se registraron sesiones para un inconcluso segundo disco que nunca llegó a ver la luz, y que fue a la postre la última referencia, aunque inédita, de Bam-Caruso. Y es que la historia de Nick Haeffner va irremediablemente unida a la del mítico sello que fundó Phil Smee. Pero dejemos esta otra historia para otro momento y lugar más apropiado, para poder contarla como merece.
Por lo demás, si cualquiera de los nombres que hemos citado son fruto de tu devoción, no deberías albergar más dudas al respecto y lanzarte a la caza y captura de este pequeño tesoro. A poco que te esfuerces obtendrás una segura recompensa.
P.S.- En la actualidad Nick Haeffner ejerce de profesor y es autor, entre otras cosa, de un libro sobre Alfred Hitchcok. Más información: http://homepage.mac.com/nickhaeffner/My%20Website/index.html